Parece que todo va sobre ruedas.
- ¿Y MI REFUGIO TAMBIÉN?
Ha llegado el momento de tomar
tierra, aterrizar en un lugar mágico y ponerse manos a la obra. Tenemos una
idea perfecta, que la casa flote. ¿Cómo un barco? No exactamente. Qué bonita
una de las definiciones de la rae. Dice, flotar: “estar en el ambiente
influyendo en el ánimo”. No queremos más. “Dicho de un cuerpo: Sostenerse en
suspensión en un líquido o gas”. Perfecto. Queremos suspendernos, influir en el
ánimo del lugar. Pero, literalmente, no podemos flotar. Podemos medio flotar.
Que ya es algo. La otra parte la dejaremos como flotar lo máximo posible. Es
decir, que intentaremos tocar el suelo lo justo para que nuestro refugio sea
seguro y estable. Además nos facilitará la integración responsable en la
naturaleza, el acondicionamiento y trabajo previo a la implantación de la
cabaña y la reducción de la huella si decidimos trasladarla en un futuro a otro
lugar. Es importante para nosotros que la cabaña tenga el mínimo impacto sobre
el suelo, lo que requiere un mínimo movimiento de tierras, además de que las “patas”
se puedan adaptar a distintos tipos de terrenos.
Tendremos que tomar decisiones
importantes para pensar en el traslado de los materiales. Podremos trasladar
todos los materiales al lugar de implantación donde comenzaremos su
construcción. O bien, comenzar la construcción del refugio en la ciudad y trasladar las partes al campo. También es posible construir la caja entera, a fin de unirla al terreno por medio de una
cimentación superficial. Nosotros elegimos la primera opción. Si prefieres las
siguientes, recuerda que debe ser viable trasladar las partes o la caja entera
en un vehículo al lugar. Habrá que tener en cuenta, por tanto, sus dimensiones.
Nos apoyaremos en las capas
superficiales del terreno y habrá que realizar un pequeño estudio del tipo de
terreno en el que nos asentamos para elegir la cimentación adecuada y sus
dimensiones. Por tanto, será importante elegir aquella que sea más flexible a estas variaciones. Una cimentación superficial sobre un terreno resistente será adecuada para estructuras livianas, como es el caso de nuestra estructura de madera. Habrá que pensar también en conceptos como durabilidad, aislamiento,
humedad y ventilación.
- ¿Y SI LA CABAÑA TUVIERA RUEDAS?
No puede ser un
vehículo por carretera, pero sí podría serlo en el campo. Las ruedas nos
permitirían desplazar y aparcar la cabaña bajo un árbol en un día soleado o en
un claro si queremos observar las estrellas desde casa.
No habría
movimientos de tierra, pero podría limitarme la disposición de la cabaña en
terrenos inclinados. Necesitaríamos un mecanismo de unión entre el terreno y las
ruedas que me permitieran nivelar el refugio, así como unos apoyos fijos.
-¿Y SI SE DESLIZARA COMO UN TRINEO?
Podríamos deslizar la cabaña por el terreno sin necesidad de elevarla. Tendríamos las mismas exigencias, además de la necesidad de elegir un material muy resistente a la fricción. Las imperfecciones del terreno no nos favorecerían en los desplazamientos.
- ¿LOSAS DE HORMIGÓN?
No es una posibilidad ya que cubriría la totalidad de la superficie de la cabaña y pretendemos tocar lo mínimo el suelo.
- ¿Y SI TUVIERA UNOS PIES DE APOYO FIJOS METÁLICOS?
No
necesitaríamos realizar grandes movimientos de tierra, requiere mayor precisión
en el contacto con el terreno y con la caja del refugio. El terreno tiene que ser muy firme. Si el terreno
tiene una mínima inclinación, necesitaríamos apoyos regulables.
- ¿NOS ATREVEMOS CON UNOS PILOTES DE MADERA?
Se realizaría un
mínimo movimiento de tierras, permitiría adaptarnos a distintos tipos de
terrenos según su profundidad y dimensiones. Perfecto para estructuras livianas, como construcciones de madera. Económico,
fácil de transportar y manejar. Habría que tener en cuenta el tipo de suelo y nivel freático. Además la madera requiere una buena protección. Son más utilizados en EEUU, Canadá,
Australia, Asia y América.
- ¿PILOTES DE HORMIGÓN PREFABRICADOS?
Se realizaría un
mínimo movimiento de tierras, permitiría adaptarnos a distintos tipos de
terrenos y condiciones climáticas, según su profundidad y dimensiones. Resulta más caro, pero es el más eficaz. Conectan con la caja de madera mediante
elementos metálicos, como tornillos específicos y chapas.
- ¿Y UNOS PIES DE PIEDRA?
Lo observamos en
los hórreos construidos para guardar y conservar alimentos, cuyas “pies”
sobresalen por encima de la superficie del suelo para elevarlos y así evitar la
entrada de humedad y de animales. Se puede usar piedra bruta o labrada, incluso reutilizar restos de
ladrillo roto u hormigón de demoliciones. Suele sustituir al hormigón en caso de que el presupuesto sea más limitado.
Queremos recordar
que la cabaña va a situarse en España, por tanto, la resistencia
sísmica, a huracanes y lluvias copiosas, así como el clima de la zona, nos
permiten reducir las exigencias en la
elección de la cimentación. Los pilotes de hormigón son los que ofrecen una mayor
resistencia, pero convendría hacer un estudio más pormenorizado del terreno y del lugar para que aseguréis la
estabilidad de vuestro refugio.
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